Los MAYOS son una celebración popular en los pueblos de la Sierra de Albarracín con la que se celebraba la llegada de la primavera. No es una tradición exclusiva de estos municipios, sino que son muchos los lugares de todo el mundo en los que se hallan vestigios de tal fiesta, con la que se daba la bienvenida a la primavera.

La celebración de los mayos es propia de pueblos cuyo ciclo de vida se halla fuertemente marcado por el transcurso de las estaciones. Es lógico que a medida que las sociedades se han ido transformando, sustituyendo los modos de vida rurales (agricultura, principalmente) por otros de tipo industrial, esta costumbre de festejar el inicio de la primavera haya ido perdiendo fuerza, hasta haber desaparecido por completo. En los pueblos turolenses en los que esta práctica ha sido habitual, su olvido se ha visto incentivado también por la progresiva sustitución del folklore tradicional por la jota. No ha sido así en todas partes: en países de latitud elevada, como los pueblos escandinavos, las peculiaridades climáticas hacen que la vida se vea fuertemente influenciada por el paso de las estaciones, ya que éste trae consigo desmesuradas diferencias tanto en las temperaturas como en la duración de los días y las noches.  En los pueblos de la Sierra de Albarracin se celebra la llegada del mes de mayo con cantos que se entonaban en la noche del 30 de abril al 1 de mayo. El ritual que comporta este festejo es bastante elaborado, aparte de diferir de un pueblo a otro.

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