Por las calles de Gea de Albarracín desfilaron ayer tarde moriscos, frailes, inquisidores, gobernadores y guardias imperiales del rey Felipe III. La localidad entera viajó en el tiempo deteniéndose en el año 1610, cuando cuenta la historia que más de 2.000 vecinos de origen musulman -el 80% de la población de aquella época- fueron obligados a marcharse acusados de no haber abrazado la religión cristiana.

Todos los habitantes se han implicado en esta fiesta con la que Gea de Albarracín quiere recuperar y aprovechar su enorme potencial histórico. Hombres y mujeres de todas las edades iban ayer vestidos a la usanza del siglo XVII. Ellas, con faldas largas voluminosas, apretado corpiño, blusas escotadas y pañuelo arrollado a la cabeza. Ellos, blusón labriego, pantalones hasta el tobillo y alpargatas.

La ropa ha sido confeccionada en un taller surgido en la localidad al calor de esta recreación y en el que las costureras y diseñadoras han recibido orientación de la Fundación Bodas de Isabel de Segura, encargada de la representación en Teruel cada mes de febrero de la trágica historia de Isabel de Segura y Diego de Marcilla, los Amantes de Teruel.

«Nos gusta esta fiesta»

Maruja Izquierdo, Josefina Laguía, Isabel Laguía y Antonia Alamán eran ayer cuatro de las muchas mujeres que lucían su ropa de época. «Estamos encantadas con esta fiesta. Nos parece muy bonita y ha venido mucha gente de fuera», señalaban. A tres niñas que vendían pulseras y collares fabricados por ellas mismas en el mercadillo montado en una de las calles les habían cosido los trajes sus abuelas.

La plaza del Ayuntamiento fue el lugar elegido para recrear una escena que reflejó bien los momentos dramáticos que debieron vivirse durante el proceso de expulsión de los moriscos. Con la calidad en los guiones que caracteriza a la Fundación Bodas de Isabel de Segura -que se ha hecho cargo de la dirección artística del evento-, los personajes, muchos de ellos encarnados por actores que ya dieron vida a Isabel y Diego en la capital turolense, escenificaron un proceso inquisitorial a algunos moriscos de la Villa.

«Abrid paso a la Santa Inquisición», gritaron los guardias imperiales. Tras ellos, entre aterradores sonidos de tambores y bombos, llegaron en procesión sacerdotes, moriscos y encapuchados y sombríos frailes. Allí estaba también el gobernador de Felipe III, Juan Fernández de Heredia, quien intentó frenar la marcha de los vecinos.

Al estrado subieron, una tras otra, dos mujeres acusadas de conspirar contra la religión cristiana, de cometer herejía, y de no comer carne de cerdo y practicar un ayuno muy prolongado, próximo al ramadán. También un hombre, Goyoso, que había tenido varias mujeres, tuvo que pedir clemencia. A todos se les dieron tres días de plazo para abandonar el reino. Un total de 150 actores encarnan a todos los personajes que definieron aquella época.

Música tradicional

Los actos continúan hoy con la expulsión de los moriscos y su salida de la Villa acompañados de los bombos y tambores de Gea de Albarracín y del lamento de los pocos vecinos que se quedan en el pueblo. A lo largo de todo el fin de semana ha habido también animación callejera con grupos de música tradicional y hasta una misa gregoriana cantada por el coro parroquial.

En la recreación, que cumple este año su segunda edición, ha tenido un papel fundamental la Asociación Cultural El Solanar, que se ha ocupado de decorar el pueblo, organizar el mercadillo y preparar danzas populares, entre otros cometidos.

Fuente: Heraldo de Aragón

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